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ORIENTACION SISTEMICA

RESPONSABILIDAD SOCIAL COMPARTIDA

 

RESPONSABILIDAD SOCIAL COMPARTIDA

 

Los Medios de Comunicación y su responsabilidad en la Comunidad

 GABRIEL  ECHAGÜE

 

Resulta alentador ver como las organizaciones han despertado su interés  en la responsabilidad social que promueven actualmente, estos emprendimientos propician la apertura de espacios de relación basados en el compromiso y en la aceptación de un acuerdo en la realización de tareas o logro de objetivos con miras a la promoción humana. De acuerdo a una encuesta realizada en el 2006 por el Economist Intelligence Group en representación de la firma HP en Latinoamérica, La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ha alcanzado un lugar de relevancia y ha demostrado ser beneficiosa para las empresas de la región. La muestra abarcó 16 países representando a compañías de diversos tamaños, siendo encuestados representantes de industrias tales como la de servicios profesionales, manufactureras, agropecuarias, la industria química, de bienes y consumo, recursos naturales y energéticos, la industria del cuidado de la salud, farmacéuticas y de biotecnología. Afortunadamente en el marco de desarrollo de procesos participativos que posibiliten el fortalecimiento de las comunidades, las compañías apoyan estos emprendimientos firmando convenios y llevando a cabo proyectos que contribuyen con los procesos de avance de organizaciones y comunidades.

La responsabilidad social abarca todo el que-hacer de la empresa. Por ello desde nuestro trabajo de orientación sistémica nuestro criterio pretende ser bastante amplio en dicho sentido. La responsabilidad de una organización, es su respuesta a la comunidad que la hace viable en su relación con la misma. Creemos que dicha respuesta debe estar en función de lograr mayor efectividad y calidad en la gestión de servicios, de manera a contribuir con el fortalecimiento del capital social, el progreso de la democracia participativa y a la construcción de una sociedad incluyente y más justa. Esta debe ser por tanto una respuesta integral acorde a las demandas de la sociedad y no en relación a instancias mezquinas. 

Keiko Kodama especialista chilena en RSE, comenta que hoy día para que el producto o servicio de una empresa pueda llegar al mercado internacional ya no se requiere solo que se ofrezca calidad y precio, y si extendemos la visión denotaremos que las exigencias del mercado son aún mayores; se requiere también que los productos hayan sido procesados en condiciones laborales y ambientales adecuadas y aceptables.  Y en esto cada individuo de la sociedad ejerce su derecho ciudadano como consumidor al elegir aquellas empresas que están generando no solo calidad de vida, sino también servicios, valores y bienestar para todos y no solo para los accionistas. Ante la complejidad de  éstas circunstancias las organizaciones afrontan la fundamental tarea de rever sus estrategias comerciales y su visión de negocio como generadora de bienes y valores y no un mal necesario para producir empleo o si solo están ofreciendo calidad de vida y confort confinando otros aspectos de la vida.

Por su parte el Dr. Humberto Maturana señala que al colocarse “la producción” en el primer plano de los intereses en las organizaciones, paralela a la competencia que privilegia los índices de rendimiento, la visión del proceso en los sistemas sociales se ha restringido y se han producido daños en distintos niveles cuyos resultados son constatados en  los cambios en la biósfera de la mano de la actividad productiva del hombre, sin la consecuente reflexión de sus actos, estos cambios se han producido con una velocidad tal que frecuentemente supera la posibilidad de restitución de la biósfera en la conservación de dinámicas y coherencias que hacen posible el bienestar de los seres vivos directa o indirectamente afectados con la actividad humana incluso nosotros mismos.

 

En éste artículo, deseamos  hacer referencia explícita y puntual a los medios de comunicación y su relación con este hecho, por su profundo impacto en la sociedad, visto todo esto desde la ética empresarial no como temática sino como modo de vida en el cual observamos las consecuencias de nuestros actos y de su impacto en el medio. Toda organización humana tiene relaciones y genera un impacto, cabe preguntarnos cómo nos hacemos conscientes de esto con el privilegio de transformar las cosas a través de lo que hacemos.

 

Algunos canales televisivos promueven la RSE, pero solo desde el aspecto asistencial. El enfoque mercantilista orientado a crear una sociedad consumista ha restringido las acciones de los Medios de Comunicación (que se han adecuado a éste modelo) en cuanto a su responsabilidad con el medio que la hace posible. Es evidente que “el horario de protección al menor” no es respetado por la mayoría de los medios televisivos, ya que al estar orientados al alto rendimiento económico de sus producciones emiten de manera indiscriminada programas y anuncios publicitarios inadecuados para niños e incluso adultos, al menos desde el punto de vista de la salud mental y relacional para una sociedad saludable y plena.

Los Medios de Prensa Escrita no se quedan atrás en cuanto a esto, al promover la superficialidad, la morbosidad y la denigración cómo únicos modos de abordar profesionalmente los acontecimientos a través de imágenes y artículos inapropiados para el desarrollo integral de las personas desde la infancia y a la vida adulta, donde son importantes: la autoestima, el auto-control, el juicio y la reflexión crítica, la búsqueda de auto-realización, el respeto mutuo y la promoción humana en todas sus áreas; éstas dimensiones psíquicas son negadas, porque las empresas orientan su producción y estrategias de venta a uno o pocos aspectos de lo humano, restringiendo así la auto-imagen y el amor propio.

 

Lo expuesto hasta aquí no es una teoría más, constituye también una propuesta de un modo de vida que implica  un cambio de psiquis en las organizaciones  y los sistemas de convivencia, animándonos a poner la mirada en el espacio social que las hace posible.

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